LA
FELICIDAD SON PÉTALOS...
La
felicidad son pétalos de años que Dios pone en nuestras manos para convertirla
en una rosa.
La
buscamos a nuestra medida, le fabricamos un entorno irreal que no tiene.
La
soñamos más que la vivimos.
Y
muchas veces, llevándola dentro, la sacamos fuera y la desfiguramos en un
ambiente de superficialidad.
Es
intimidad en el amigo, luz en el hogar; es
detalle, beso, sonrisa, flores, cielo, mar.
Es
verdad que la felicidad no es siempre estable, fija, duradera.
Más
bien parece un parpadeo, una luz que dura minutos, como huecos de trecho en
trecho en una red muy tupida.
Los
sufrimientos, en cambio, parecen un beso que se estanca, se posiciona, se adueña,
se queda.
Si
no se agota en ti la resistencia de la voluntad, ni la fuerza de las emociones,
ni el hambre de aventura, ni la frescura de los hondos manantiales de la vida,
has conocido la felicidad.
Si
los golpes no te rompen la fe, si la indiferencia no te cierra las manos, si el
egoísmo y la avaricia no te secan los sentimientos y llegas al fin con
capacidad de emoción, de llanto, de perdón, de ternura, de plegaria, de luz,
has conocido la felicidad.
Zenaida Bacardí de Argamasilla