UNO DE ESOS DÍAS

 

 

Hoy es

uno de esos días

en que la piedra en el pecho

pesa más que nunca,

en que cada encía

cada poro,

es un dolor profundo.

 

Hoy es

uno de esos días

en que la idea

de la muerte

asusta menos

y seduce más,

en que las lágrimas

viven pugnando por brotar

y sin embargo

se eternizan en nuestros ojos.

 

Uno de esos días

en que el amor

es una quimera,

la felicidad

una utopía,

la vida

una odisea.

 

Hoy es

uno de esos días

fríos

aún en verano,

oscuros

aún de día,

solitarios

aún en medio

de la multitud.

 

Uno de esos días

en que sólo se piensa

en destruir

o crear los monstruos

más fabulosos,

los verbos

más hirientes,

los gestos

más obscenos.

 

Hoy es

uno de esos días

en que miramos el reloj

y deseamos que termine

y rogamos que mañana

no sea

uno de esos días.

 

 Pablo Mandelbaum

 

Sería lindo, muy lindo, que todos los días de nuestra vida transcurrieran en un clima armónico, de paz, de alegría, de triunfos, de amor, de buenas

noticias. Que cada despertar sea un hecho jubiloso, deseable, esperado como el primer momento de un día cargado de un positivismo sin igual, lleno de magia y de flores; de sol y de aromas cautivantes. Pero la vida, la vida de todos los días, la vida real, no nos permite tanta abundancia. Intercala alegrías con tristezas, risas con llantos, triunfos con fracasos, buenas y malas noticias... Pero ante las cosas feas, ante las cosas tristes, no debemos pensar en la muerte, en la catástrofe, en el fin, en el abismo...

Sólo debemos tener en la mente un simple pensamiento básico: Que la vida es así... Y, entonces, ante el hecho triste, más que pensar en la muerte debemos pensar en que seguramente la vida tiene preparado para mí un mañana alegre; que si hoy me toca llorar, mañana seguramente reiré; que si hoy vivo algo feo, quizás mañana me toque algo lindo. Seguramente, con estos conceptos en la mente, el día duro será un poco menos duro y, fundamentalmente, no habrá lugar para pensamientos funestos.

La vida siempre da una nueva oportunidad, pero si te lanzas al abismo no vas a poder aprovecharla...

 

Reflexión: Graciela Heger A.