LECCIÓN DE UNA PÉRDIDA IRREPARABLE

 

 

Era un lunes, otro día de mucho ajetreo para Nancy, Cheryl, Valerie, Kathleen, Gilda, Elizabeth y Patricia. Se trataba simplemente de otro viaje de negocios, otra pirueta sobre el trapecio. Besaron a sus hijos y los enviaron a la escuela; dejaron a los más pequeños con las "canguros"; recordaron a sus maridos asistir a los  entrenamientos de fútbol, que el guisado estaba en el frigorífico. Su jornada fue irritante o agradable, fructífera o decepcionarte, qué importa. Al final de la misma quizá tuvieran oportunidad de comprar alguna chuchería en la tienda del  aeropuerto antes de coger el vuelo 4148 de la compañía American Eagle para Chicago. Tras una breve escala, aterrizarían en el aeropuerto O´hare, cogerían un taxi y regresarían a casa, donde las esperaban sus seres queridos, ansiosos de relatarles los pormenores del día. Pero en lugar de lo previsto hubo unos boletines de noticias alarmantes, llamadas telefónicas, desconcierto, incredulidad, angustia, dolor, corazones rotos, sueños destrozados. Nancy (cuarenta y ocho años), Cerril (cuarenta y cuatro), Valerie (cuarenta y cuatro) Kathleen (cuarenta y siete) Gilda (cuarenta y tres) Elizabeth (treinta y siete)y Patricia (cuarenta y dos). No consiguieron regresar a casa. Cuando el avión en el que viajaban inició el  descenso, ocurrió lo inconcebible. Las siete mujeres perecieron en un trágico accidente, junto con otros sesenta y un pasajeros. En sus últimos momentos, ¿Se dieron cuenta de que iban a morir?

¿Cuales fueron sus últimos pensamientos?

 Seguro que no pensaron en el acuerdo comercial que habían alcanzado o perdido ni en el trajín de la jornada. No, sus pensamientos sin duda, fueron reales. Quizás los rostros de sus seres queridos mitigaron el terror de aquellos momentos. Quizás no tuvieron tiempo de lamentarse ni arrepentirse de cada. Confío sinceramente en que así fuera...

Si estamos vivas, no podemos evitar sufrir una pérdida irreparable o una  desgracia. "Las desgracias forman parte de la vida real."¿Has pensado alguna vez, cuando ocurre una tragedia:"Hace un momento todo era distinto, Dios mío, ¿"no permitas que ocurra ahora"?-Luego tratas de rehacer aquel instante pero sabes que no puedes. De modo que tratas de  retener el momento sin dejar que se mueva ni se asome. Hoy puede ser un día duro para ti.

Quizás no quieras que el próximo momento se revele, mostrando los entresijos del misterio de la vida. Pero al menos lo tienes. Todavía estas viva. Tienes la oportunidad de vivir hoy, este precioso día, según tus deseos. No lo malgastes. Por el amor de todo lo sagrado, redime esta hora. Sujétala con fuerza. Abrázala. Ante todo muéstrate agradecida de poseerla. Deja que tu oración de gracias se eleve sobre el clamor de la decepción, las frustraciones, los errores, todo lo que no ha ocurrido todavía. Y si hoy es un día que no te apetece dar las gracias por este don, sí no hallas un sólo momento agradable, un placer que saborear, una amiga a quien llamar, una persona a quien amar, algo que compartir, una sonrisa que ofrecer; sí la vida te resulta tan difícil, que no quieres molestarte en vivirla intensamente, no vivas este día pensando en ti. Piensa en Nancy, Cheryl, Valerie, Kathleen, Gilda, Elizabeth y Patricia.

 

Brethnach