VIVIR
EL PRESENTE
Llego
a Madrid a las ocho de la mañana. Me voy a quedar apenas algunas horas, no
tiene sentido telefonear a los amigos, arreglar algún encuentro.
Resuelvo
caminar solo por lugares que me gustan, y termino fumando un cigarrillo en un
banco del parque Retiro.
-Usted
parece que no está aquí, me dijo un anciano, sentándose a mi lado. -Estoy aquí,
respondo. Sólo que doce años atrás, en 1986.
Sentado
en este mismo banco con un amigo pintor, Anastasio Ranchal. Los dos estamos
mirando a mi mujer, Christina, que bebió más de la cuenta y hace como que
baila flamenco.
-Aproveche,
dijo el anciano. Pero no se olvide que el recuerdo es como la sal: en la
cantidad adecuada le da sabor a la comida, pero si se exagera, estropea el
alimento.
Quien
vive demasiado en el pasado, gasta su presente en recordar.
Anónimo
Sin
darnos cuenta muchas veces nos sumergimos en el pasado y nos quedamos allí.
Nos
olvidamos del presente y nos refugiamos en los recuerdos, en el ayer.
Por
momentos nos detenemos en "aquellos momentos llenos de felicidad ", en
otros nos paralizamos en los momentos de dolor, de angustia, de soledad.
Muchas
personas se golpean diariamente con los recuerdos dolorosos del pasado y se
olvidan del presente. Otros desean escapar de esos recuerdos, desean no-tener
pasado, u olvidarlo.
Debemos
tratar de vivir el presente de la mejor manera. Si vivimos recordando nos
perdemos el presente. Si vivimos recordando retrocedemos y nos perdemos el
verdadero sentido de la vida que es el de avanzar día a día, y experimentar
sensaciones nuevas.
El
hoy es un regalo y por eso se llama "Presente".
Cuando
recibimos un regalo además de emocionarnos, lo agradecemos y sentimos
curiosidad al no saber qué nos están regalando... Hoy tenemos este día:
nuestro presente, es emocionante saber que estamos vivos... Debemos agradecer
este día y vivirlo intensamente e ir descubriendo qué nos ofrece...
Que
las sombras del pasado no le quiten la luz a nuestro presente.
Reflexión: Graciela Heger A.