LA
FLOR NO NACE PARA SER HERMOSA
La
flor no nace para ser hermosa. Nace para ser flor.
Su
belleza requiere de que quien la mire tenga la capacidad para descubrirla.
Pueden
pasar a su lado cientos... miles...
Algunos
ni siquiera se percatarán de su existencia.
Otros
no encontrarán en ella nada singular que la haga resaltar del paisaje que la
contiene.
Habrá
quienes pensarán solo es una flor más.
Aún
tal vez aparezcan los que le dedicarán un par de miradas atraídos por sus
colores y seguirán su camino.
Pero
en algún momento aparecerá quien no la considere una flor más, tenga todo el
tiempo necesario para deleitarse observándola en cada milímetro, descubra
nuevas sensaciones al acariciar suavemente sus pétalos, y no siga de largo,
sino que decida que es una flor demasiado hermosa para no conservarla. Así con
profundo cuidado y amor, cavará en
torno de su raíz y poniendo todo su cariño y atención la llevará a su propio
jardín donde en cada momento pueda tenerla cerca para quererla, apreciarla,
dejarse cautivar por ella... para amarla. Sin embargo nadie le pidió que cambie
su color, su forma, su aroma. Ella nació flor.
Así
también tu vida puede ser como esa flor. Tal vez pasen cientos o miles a tu
lado sin percatarse de tus valores, de tus sentimientos, de tu propia
existencia. Hasta que alguien con la capacidad interior necesaria te descubrirá
en medio del mundo.
Y
posará en ti sus ojos. Y te hará parte de su mundo. Sin que para ello debas
cambiar o mostrarte en forma distinta. Alégrate de haber nacido flor y espera
la llegada de ese gran día.
Anónimo